TUPAJ KATARI
“VOLVERÉ Y SERÉ MILLONES”
Tupaj Katari lanza esta profecía a sus verdugos, mientras le sentencian a muerte. El juez Díaz de Medina leía sus argumentos, en la que afirmaba unilateralmente la calidad y la naturaleza de los delitos de Julián Tupaj Katari como de “infame, eleve, traidor, sedicioso, asesino y hombre feroz o monstruo de la humanidad en sus inclinaciones y costumbres abominables y horribles”.
De esta manera se lo sentenciaba al líder Aymara y a su esposa, Bartolina Sisa, quienes cansados del maltrato a nuestros pueblos, sólo habían osado encabezar una rebelión como medio de protesta. El 13 de marzo de 1781 se adopto el “cerco” o sitio, hoy más conocido como piquete o bloqueo, durante 5 meses a la población de Choqe yapu, hoy ciudad de
Tupaj Katari al amanecer del 15 de noviembre de 1781 fue extraído del lugar de prisión con los pies engrillados, sus manos atadas a su cuello, y su cabeza coronado con un casquete de cuero con púas agudas que laceraban y hacían sangrar la cabeza del líder; fue atado a la cola de un caballo lerdo y arrastrarlo por las calles de la población y conducido a la plaza de Peñas, cerca de la ciudad de
En los alrededores de la plaza había, mujeres, varones, niños, jóvenes y ancianos originarios traídos por la fuerza, desde las comunidades, para que asistiesen a la terrible muerte de su líder. Tupaj Katari, no obstante sus torturas físicas y morales, aunque el agotamiento en su organismo era visible. Sus ojos, negrísimos, vivaces y febriles, contemplaron los preliminares de su ejecución. Su mirada era severa y nada implorante.
Llegado al lugar de su suplicio, es obligado a arrodillarse para ser leído la sentencia de una manera espeluznante con la única finalidad de acabar y no permitir más concebir jamás la idea de un nuevo alzamiento. El líder ya de rodillas en el centro de la plaza de Peñas, se le corto la lengua, luego extendido de espaldas sobre el suelo, los verdugos aseguran anillas de cuero en las muñecas y los tobillos de Tupaj Katari, a los cuales ataron cuatro lazos de cuero tejido en sus extremos se ataron a cuatro briosos corceles. Los animales elegidos cuidadosamente ya que tenían presente la experiencia del suplicio de Tupaj Amaru en el Cuzco.
Los cuatro caballos vigorosos, corredores y sus respectivos jinetes ágiles y experimentados –gauchos de la pampa argentina-, los cuales a la señal del verdugo, picaron las espuelas a los animales y partieron al mismo tiempo en cuatro direcciones, el cuerpo del líder, del mallku se encuentra suspendido en el aire, los cuatro caballos no pueden, resiste el cuerpo de Julián Tupaj Katari, se detienen. Los jinetes pican de nuevo una, dos, tres y muchas veces, hasta que lentamente fueron desgarrando en medio de dolores indecibles, el cuerpo del líder quedo desmembrado, las partes son arrastradas por los caballos.
Pero ni aquí acabo el suplicio de Tupaj Katari. La cabeza del cadáver fue seccionada por el verdugo y conducida a la ciudad de La Paz, donde se exhibió en una picota colocada en la plaza. Una de las manos la derecha- de la misma manera fue expuesta en el pueblo Ayoayo y Sicasica; la izquierda en Achacachi, la pierna derecha en Chulumani (Pcia. Yungas) y la izquierda a la Pcia. Pacajes. Más tarde, correría la misma suerte Bartolina Sisa líder y esposa de Tupaj Katari, quien es muerta por estrangulamiento por parte de los mismos verdugos
Pero no, el castigo no se detuvo ahí, la justicia española confiscó los bienes de Tupaj Katari y sus familiares a favor de la Caja Real y de sus captores.
Pero hoy a pesar de lo ocurrido lo que nos queda a los pueblos originarios el legado cultural que nuestros antepasados nos dejaron. Los que siempre nos oprimieron y aun nos oprimen no podrán matar la idea y el pensamiento de libertad. Vivimos un nuevo PACHA KUTI y se hace realidad las palabras proféticas de Tupaj Katari. Cuando regrese convertido en millones, seremos libres.
JALLALLA, JALLALLA, JALLALLA TUPAJ KATARI
JALLALLA, JALLALLA, JALLALLA BARTOLINA SISA
WIYPHAY, WIYPHAY, WIYPHAY LLAJTA MASIKUNA
JAYLLI, JAYLLI, JAYLLI PACHAKUTI
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